


Un par de horas después, podíamos comprobar la singularidad de la cita con un simple vistazo a los elementos dispuestos para el show una vez dentro del Teatro, donde un escenario enmarcado bajo la majestuosidad de las columnas clásicas del recinto, con un sencillo y discreto juego de luces, y un backline también mucho más reducido de lo que habitualmente estamos acostumbrados a presenciar en citas musicales de este calibre, acaparaban las miradas curiosas del graderío semicircular donde los asistentes iban tomando sus asientos para presenciar el espectáculo. Un público que finalmente prácticamente tomaría la totalidad del recinto, pese a que los huecos minutos antes de dar inicio a la actuación no hacían precisamente presagiar el casi lleno final.

Cuando el calor del día nos daba por fin un respiro, cerca de las 22:30 horas de la noche, el icónico Bryan Adams tomaba la scaena con la única compañía de su guitarra acústica y una armónica con soporte sobre el cuello, para arrancar los primeras muestras de admiración de un público expectante ante la interpretación en este formato de «Straight From The Heart» y la mosqueterizada «All For Love», antes de tomar el bajo y en compañía ya del potente trío que le acompaña, con su inseparable Keith Scott a la guitarra, Gary Breit al teclado y Pat Steward a la batería, marcarse en formato eléctrico unas enérgicas interpretaciones del coreado himno «Run To You”, seguido de la rockera «Somebody», donde las notas sostenidas por la guitarra de Scott se llevarían la primera ovación de la noche.

La actuación se intensificaría con el trallazo rockero de «18 Till I Die», siendo al final de éste cuando se produciría el fallo eléctrico que entonces no aventurábamos nos privaría del sonido amplificado de los instrumentos eléctricos para el resto de la noche. Momento de desconcierto para todos, ante un Adams que tomaba la parte delantera del escenario con la única compañía de su voz y guitarra española para acometer el final del tema y probar la acústica de un reciento construido hace más de dos mil años, afrontando totalmente a capela ésta y la siguiente «Cloud Number Nine», para regocijo sobre todo de los espectadores que ocupaban en sus sillas la zona de la orchestra en la parte más baja y cercana al escenario, y no tanto de los ubicados en las gradas más altas, en cualquier caso, bajo una tremenda expectación y respeto por parte de todos.

Bryan jugaba con la imagen de Julio César bajando y levantando el pulgar para testar entre el público lo adecuado de seguir adelante con la actuación en estas condiciones, pero el karaoke general que el inmortal estribillo de «Heaven» desató, debió de convencer al artista de seguir con esta íntima y especial forma de desgranar el setlist, acompañando ahora con otra guitarra sin amplificar Keith Scott al líder en otra de las que han pasado la prueba del tiempo como es «It´s Only Love». Creo que todos los presentes nos debatíamos en pensamientos entre lo adecuado o no de seguir en estas condiciones la actuación y lo privilegiados que estábamos resultando de presenciar tal derroche y amor por la música por parte del canadiense, pero tras una nueva muestra a capela con «Make Up Your Mind», el artista y su equipo decidieron que lo mejor sería un parón.

Tras 15 minutos de incertidumbre que la mayoría aprovecharíamos para refrescarnos, Adams volvería sobre el escenario al menos con la amplificación de su guitarra acústica y micro recuperados, pidiendo disculpas por lo que estaba ocurriendo, y anunciando que la actuación proseguía con las lógicas modificaciones en su estructuración que las circunstancias demandaban. Él que como tantos otros artistas internacionales sucumbió en la segunda mitad de los noventa a la moda unplugged, desgranaría en este formato en el siguiente bloque de la actuación temas de melodías poppies como «Can´t Stop This Thing We Started» o «When You´re Gone» y otros lentos y llenos de melancolía como «Please Forgive Me», rebautizada para la ocasión por Bryan en su estribillo final como “Please Forgive Me … for no sound tonight”.

Un Bryan Adams bromista y siempre por delante de las circunstancias, pero también dejando claro que a sus 65 años mantiene en buena forma la enérgica a la vez que ligeramente ronca voz que le llevó a conquistar las listas de medio mundo a mediados de los ochenta con sus temas de Rock Arena y mantenerse en el candelero durante los noventa con aquellas Power Ballads que tanto nos ayudaron a liberar el espíritu. Para «Have You Really Loved A Woman?» el rubio canadiense compartiría con la audiencia las anécdotas que rodearon la composición y grabación de este tema con la colaboración del maestro de la guitarra flamenca Paco de Lucía, y la importancia del padre de Adams para descubrir la música española y en especial este género, antes de que ahora sí el cuarteto en pleno tomará el escenario —en el caso de su batería a las palmas, dejando en las tablas una imagen trasnochada y cliché de “El Zorro” con antifaz negro—, para que la ovación atronadora de los presentes reafirmará la difícil propuesta de la banda esta noche.
La balada más celebrada del canadiense, «(Everything I Do) I Do It For You» serviría para enervar aún más los ánimos de la audiencia, encarando la recta final de la actuación con un Scott sublime pizcando las cuerdas de su acústica durante el solo de «Back To You» y un público en píe ahora si para corear como si no hubiera un mañana el tema bandera del canadiense «Summer Of ´69″, antes de que el vocalista presentara a la banda que le acompañaba para cerrar con una siempre agradecida «Cuts Like A Knife», donde Adams reclamaría un poco más de nuestra “spanish blood” para el coro final.

Bryan volvería para, en compañía de las pistas de teclados recuperadas por Gary Breit, despedirse del Stone & Music Festival con el boogie de «You´ve Been A Friend To Me» y la última balada aterciopelada en forma de «When You Love Someone» con la que Bryan Adams daría por cerrada una noche tan especial, con la que estoy seguro los fans españoles más irredentos de la carrera del canadiense disfrutarían plenamente por lo extraordinario de la presentación, pero con la que aquellos chicos que queríamos Rock a los que Bryan cantaba a mediados de los ochenta, nos quedamos con un ligero sabor agridulce. Seguro que habrá mejores ocasiones.

Agradecer al personal del Stone & Music Festival por las facilidades y cariño con el que nos trataron durante toda la jornada y también a la oficina de management del músico de Rock, guitarrista, cantante, compositor y fotógrafo canadiense Bryan Adams por no permitir en esta ocasión que los medios acreditados pudiéramos tomar foto alguna de su paso por los escenarios españoles (modo irónico activado)
Setlist Bryan Adams: «Straight From The Heart», «All For Love», «Run To You», «Somebody», «18 Till I Die», «Cloud Number Nine», «Heaven», «It’s Only Love», «Make Up Your Mind», «You Belong To Me», «Can´t Stop This Thing We Started», «Shine A Light», «Here I Am», «When You´re Gone», «Have You Ever Really Loved A Woman?», «The Only Thing That Looks Good On Me Is You», «(Everything I Do) I Do It For You», «Back To You», «Summer Of ´69», «Cuts Like A Knife», «You´ve Been A Friend To Me» y «When You Love Someone».
Crónica y fotografías del Vía Musicorum: Álvaro Arroyo
Fotografías de la actuación: Cortesía del Stone And Music Festival
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