Apuesta variopinta y atractiva la que nos proponía un clásico ya en cuanto a festivales otoñales como es el festival Póker de Ases en esta su ya novena edición en la que junto al As de calidad contrastada que es FÜEL alma mater del festival nos encontramos a un As emergente como son HAPTICA y dos Ases historia viva de los inicios del rock en nuestro país como son COZ y CUCHARADA, para completar el cartel de lujo que se dio cita en la Sala Vizzio de Alcorcón, el pasado sábado cuatro de octubre.

HAPTICA

Con algo de retraso sobre el horario previsto, y previa presentación por parte de Nacho Barrena conocido Dj, que fue el encargado de ir pinchando tanto antes como después del concierto, una buena sesión de Rock, llegaban los madrileños HAPTICA que pese a no contar aún con ningún trabajo grabado, poco a poco a base de perseverancia se van haciendo un hueco en el circuito de conciertos madrileños y que en estos días anda ya ultimando los preparativos con idea de grabar su esperado álbum debut, la banda contaba con el aliciente extra de jugar en casa, no en vano su bajista Christian Bautista ejerce habitualmente como técnico de sonido de la sala, conformando junto con Sandra Álvarez a la voz, Máximo Terciado y Diego a las guitarras, Tony Peiró a la batería.

HAPTICA

El sonido de la intro perfectamente acompasado con las luces del escenario, creaba la atmosfera perfecta mientras que cada uno de los componentes de la banda ocupaba su lugar para arrancar envueltos en humo con «Reo de tu Recuerdo» un corto, pero intenso concierto donde se entremezclaban el Heavy más clásico al Doom, perfectamente encarnado por la estética de su vocalista Sandra, arropada a nivel musical a la perfección por toda la banda, y con un Cristian bastante activo para ayudarla a mover al personal, que rápidamente fue entrando en ambiente en una sala en la que pudimos ver muchas camisetas de HAPTICA, prueba más que evidente del calado que va obteniendo la banda, que vibraba y coreaba temas como «Reo de tu recuerdo» o «Talismán» tema dedicado al local tristemente extinto del mismo nombre, que fue punto de encuentro durante muchos años del rockerío alcorconense, mientras alternaban temas tanto en ingles como en castellano para acabar con «Saint in Hell» y «Made of Fire» una memorable actuación y dejarnos con la miel en los labios, para ver que depara ese esperado trabajo.

CUCHARADA

Tener cuando hace apenas un mes se cumplían los 46 años de la publicación de El limpiabotas que quería ser torero, a los míticos, CUCHARADA sobre el escenario era sin duda un sueño difícil de imaginar, pero al que los presentes durante la noche del cuatro de octubre pudimos acceder, sin poder evitar recordar eso si a la figura de Manolo Tena, pero conscientes de que con las limitaciones que el paso de los años inevitablemente dejan, pudimos contemplar el mismo espíritu provocador, con esa fusión de rock teatral contracultural, que fue la enseña de la banda ya en sus inicios, dejando una huella imborrable en su corta carrera en la historia del rock de nuestro país. Musicalmente nos encontramos a una banda en forma, capaz de aunar estilos desde el blues y el rock al flamenco, aunque en honor a la verdad la voz de su vocalista, que como pudimos comprobar al finalizar la actuación necesita de la ayuda de oxígeno para respirar, no estaba para muchas florituras, si bien hay bandas y momentos en los que no podemos juzgar por el presente sino por lo que representan y la carga emocional supera cualquier contratiempo.

CUCHARADA

Arrancaban tras una pequeña presentación de la banda con «Tan deprimido» fieles al que fuera el lema de la banda «La Entronización del Harapo» con una puesta en escena en esa misma onda con dos de sus guitarras vestidos de payaso, y su cantante luciendo una florida camisa con un sujetador a medio abrochar debajo, mantenía ese espíritu surrealista y provocador, tras el que se esconden unas letras con un amplio calado social que pese al paso de los años tristemente siguen teniendo su lado de vigencia bajo la amenaza de su vuelta como el vivido con uno de los temas más emblemáticos de la banda «Peligrosidad Social» en el que un par de coristas se sumaba a la banda, para dejarnos después con un reinventado desconcierto flamenco que se fundiría con «Quiero bailar Rock and Roll» y seguir dejándonos himnos como «Abarca y Devora/ Compre» guitarrera oda al consumismo o «No soy Formal» genial regalo del paso de Hilario Camacho por la banda que cerraría su actuación.

FÜEL

FÜEL era la tercera banda en discordia, artífices de este magnífico festival, que como quien no quiere la cosa ya va por su novena edición escogían para su arranque el tema «Los Elegidos» preludio de una descarga donde la potencia y el buen Heavy Metal, compartirían protagonismo, con la eficacia que otorgan la maquinaria perfectamente engrasada de la banda, con la potente y eficaz base rítmica que representa la pareja conformada por Juan Caballero a la batería y Alex Tormëntor al bajo, junto a las no menos eficaces guitarras de Pako Ramos y Sergio Martín, todo ello aderezado por la voz y el saber estar sobre el escenario de Javier Casillas, para obsequiarnos una noche más, un concierto en el que la comunión con el público presente en la sala sería la tónica general.

FÜEL

La fórmula de FÜEL heavy del de siempre con guitarras afiladas, potente base rítmica, elaboradas líneas de bajo y una potente voz, es de las que no dejan indiferente a nadie haciendo que ya desde las primeras notas, el público conecte con la banda, animados en cada momento por Casillas, que como buen frontman sabe dar ese punto extra tan necesario en los directos, que ayuda a que la experiencia musical gane en intensidad, labor en la que sus compañeros no se quedan a la saga, especialmente Alex, que no dejo ni un solo momento de moverse, mientras temas como «El Funeral de las Flores» o «Salvajes» eran aplaudidos y coreados por toda la sala. No quisiera dejar de destacar un momento emotivo, con el recuerdo a Berni Prijuabe, locutor de radio, bajista pero sobre todo grandísima persona, que nos dejaba este pasado mes de julio, al que dedicaban «Bajo La Piel» en el ecuador del concierto, para seguir dando caña antes de meterse en la recta final, con «Una Noche Más» con Javier, bajando a cantar entre el público, y compartiendo micrófono con más de uno de los espectadores.

COZ

Si hablamos de la historia del rock de nuestro país, COZ los últimos protagonistas de la noche ocuparían sin lugar a dudas un lugar destacado entre los pioneros de la misma, recababan en el festival dentro de su gira 50 vueltas al sol con Juan Marqués, al bajo y la voz, como representante de esa historia al frente de la misma, y a su lado un terceto de autentico lujo con mucho Rock a sus espaldas para completar la formación formado por Juan Carlos Redondo (Snoopy) a los teclados. Miguel Ángel López (Cachorro) a la guitarra y Luis Garcés a la batería.

COZ

«Abran Fuego, Hagan Juego» era el pistoletazo de salida para arrancar la última descarga de la noche con la banda enchufada, y el público dispuesto a corear tanto los temas más clásicos de la banda, aunque no tan conocidos a nivel general como «Bate de Beisbol» que llego precedido de un imperdible solo de guitarra de Miguel Ángel, junto a otros de más reciente factura como uno de mis favoritos el fresco y enérgico «África» incluido de su álbum de 2018 Suite del Diablo, autentica joya que demuestra que COZ no es una banda anclada en el pasado, viviendo solo de los réditos del mismo, aunque lógicamente la herencia es la que es y la sala se venía abajo, cuando sonaban temas como «Más sexy» o el que cerraría antes del correspondiente bis «Las Chicas son Guerreras» que atrajo a un nutrido grupo de féminas, que se encontraban en la sala, a darlo todo bailando y saltando a pie de escenario, para tras un breve impás, llegar ahora si el momento de la despedida con una cañera versión del «Rock me Baby» de B.B. King.

Nacho Barrena

Sin embargo la noche aún no estaba del todo finiquitada, ya que por una parte quedaba el sorteo de una guitarra, y la entrega de una pequeña placa para cada una de las bandas, y una especial para Nacho Barrena, hago aquí un pequeño inciso para comentar que la correspondiente a Cucharada se entregó al finalizar la actuación de los mismos, ya que algunos de sus componentes tenían que salir de viaje. Y claro está la noche aún tenía mucho que dar, ya que si algo caracteriza a la Sala Vizzio, es la posibilidad de quedarse a seguir escuchando buena música, mientras tomas algo, sin que te veas expulsado casi de inmediato de la sala. Agradecer tanto a la sala, como a todas las bandas, especialmente a los chicos de Füel, las facilidades que nos prestaron en todo momento, y despedirnos esperando estar el año que viene nuevamente al pie del cañón para narrar el X Póker de Ases.

Crónica y fotografías: JOSÉ PASCUAL