Crónica y fotografías del concierto de PESTILENCE y CANCER (07-12-2025 Sala Revi Live, Madrid)

Doble ración de Death Metal “old school” la que pudimos disfrutar el pasado domingo 7 de diciembre en la madrileña Sala Revi Live gracias a dos bandas pioneras del género como son los británicos CANCER y los neerlandeses PESTILENCE, unidos para la ocasión en esta gira europea que han denominado “Double Dead Tour 2025” y que gracias a la promotora Madness Live! hemos podido disfrutar en España en tres noches extremas de las que Madrid era su broche final. Un festín de brutalidad sonora para nada reñido con la técnica y perfección musical donde los líderes de ambas bandas y únicos miembros originales, John Walker (CANCER) y Patrick Mameli (PESTILENCE), han dejado claro que no sólo viven de los temas más celebrados de su época clásica, sino que todavía tienen cuerda para rato como lo demuestran incursiones discográficas más recientes muy presentes en sus respectivos setlists, para disfrute de unos seguidores que respondieron a la convocatoria de Metal Extremo de forma mayoritaria, juntando a dos generaciones, donde los que peinamos canas, al menos en número, ganamos por goleada esta noche.

Tras varias idas y venidas desde su primera separación en 1995, de los CANCER que irrumpieron con su salvajismo sónico a principios de los noventa en la emergente escena británica del Death Metal, junto a coetáneos como Bolt Thrower o Carcass, sólo queda al frente del barco su vocalista y guitarrista John Walker, quien se encuentra desde hace varios años afincado en Madrid, rodeándose en la actualidad de la base rítmica de la banda nacional Eternal Storm, con Daniel Maganto al bajo y Gabriel Valcázar a la batería, ocupándose de la guitarra solista en esta gira el también español Alberto García (Sacthu).

La banda publicaba en abril de este año su séptima obra de estudio, “Inverted World”, arrancado su actuación sin pausa con la tripleta inicial de temas de abre su última entrega, donde los riffs amenazantes y machacones se reparten el protagonismo con velocísimos y desquiciados patrones de batería a base de blast beats, dejando un reducido espacio para la melodía en intrincados solos de guitarra como el de “Until they Died”.

Pese a las buenas intenciones de la banda por defender su más reciente actualidad, estaba claro que los fans de la vieja escuela que mayoritariamente se encontraban en la sala esta noche estaban allí por el reclamo de sus dos primeros álbumes, donde la carnicería sónica de clásicos como “Into the Acid” y “Tasteless Incest” elevarían la temperatura del recinto de forma brutal, enlazadas sin respiro con los abrasadores guturales de Walker en la siguiente “Ballcutter”, todo ello bajo un sonido limpio y atronador que nos permitió apreciar lo engrasada y afilada que suena la formación pese a la sensación de inestabilidad que pueden llegar a ofrecer la salida anunciada de su actual batería y la temporalidad para esta gira de su guitarra solista, quien dejaría de nuevo un buen solo tirando de palanca para rematar esta fase de su actuación.

John Walker nos daría una mini tregua para dirigirse por vez primera a la concurrencia para presentar el latigazo de “Garrotte” y su estribillo de puño en alto de su anterior “Shadow Gripped”, antes de recrearse nuevamente en su más reciente entrega con una abrasadora descarga Thrash a cuenta de la intensidad implacable de “Covert Operations” y la nuevamente amenazadora presencia del asesino en serie del baño de ácido John Haigh en la letra de la afilada “Corrosive”, enlazada una vez más sin detención con el muro sónico de riffs graves de la celebrada “Hung, Drawn and Quartered”, perteneciente a su segunda obra, grabada en los celebérrimos Morrisound de Tampa y producida por el gurú del género Scott Burns, el clásico de Death Metal “Death Shall Rise”.

Para encarar el cierre, el vocalista británico tomaría nuevamente la palabra para recordarnos que la banda está celebrando el 35º aniversario de su seminal debut “To The Gory End”, antes de que los más jóvenes asistentes se permitieran unos tímidos circle-pits con la aplastante “Cancer Fucking Cancer”, poniendo el broche CANCER a su arrasadora actuación con la oscura intensidad de “Death Shall Rise”, dejando claro con sus 55 minutos sobre el escenario que PESTILENCE lo iban a tener muy difícil para superar semejante brutalidad.

Setlist CANCER: Enter the Gates / Until They Died / Inverted World / Amputate / Into the Acid / Tasteless Incest / Ballcutter / Garrotte / Covert Operations / Corrosive / Hung, Drawn and Quartered / C.F.C. / Death Shall Rise

No parece Patrick Mameli un tipo que se amedrente fácilmente, más sabiéndose el plato fuerte de la noche, con buena parte de la parroquia presente esperando con expectación las evoluciones sobre el escenario de su banda PESTILENCE, quienes tras una breve prueba de sonido se lanzaban a degüello sobre nuestras cervicales con los riffs brutales de la inicial “The Secrecies of Horror” y la maldad en estado puro de la afilada “Lost Souls”, ambas pertenecientes a esa piedra filosofal del Death Metal Progresivo que fue la tercera obra de los holandeses “Testimony of the Ancients” del ya lejano año 1991, antes de plasmar con la más recientes “Deificvs” y “Morbvs Propagationem” esa visión única del líder de la banda, abundando con frecuencia el uso de acordes poco ortodoxos para el Metal, pero que son ya marca registrada de la banda en sus casi cuatro décadas de existencia, conjugando con violentos solos de guitarra compartidos entre Mameli y el otro guitarrista actual del cuarteto Max Blok.

El pulso poderoso de “Dehydrated” sirve para resaltar el sonido grueso de las guitarras y ese interludio de cadencia de tempo medio tan característica del buen Death Metal que inundaba su segunda obra “Consuming Impulse”, de la que nos ofrecerían una celebrada tripleta de temas donde la solidez rítmica de Roel Käller al bajo y un inspiradísimo Michiel van der Plicht a la batería, harían las delicias de los aficionados a los ritmos contundentes, con una destreza y buen gusto manifiesto en una festín de redobles y cambios de ritmo que inundarían ésta y las aceleradísimas “The Process of Suffocation” y “Chronic Infection”, perfectas para desatar nuevos pogos entre las primeras filas.

La voz de Patrizio Mameli no es tan profunda como la de otros cantantes del género, pero posee todavía la aspereza y el tono horrorizado propio tan característico del cantante y guitarrista, quien nos advierte que en la siguiente van a bajar la velocidad, pero que no debemos preocuparnos, antes de acometer la homónima “Resurrection Macabre” del disco de 2009 con el que la banda volvió al redil del Death Metal más bruto tras 16 años desde su separación a mediados de los noventa, transitando rápidamente de nuevo por los insanos ritmos de batería de la siguiente “Devouring Frenzy”, y dar muestras nuevamente del gusto del líder por las estructuras más ambiciosas que poblaban su tercer larga duración, ofreciendo la dupla compuesta por “Prophetic Revelations” y “Twisted Truth”, donde el trabajo de ambos guitarras vuelve a ser muy destacable, aunando frenéticos ritmos de vibrato en la primera y cargados elementos melódicos en la segunda, todo ello intercalado de forma precisa entre contundentes riffs de guitarra perfectos para el headbanging de sus fieles.

Llegábamos a la parte final del show de los neerlandeses, con el líder de la banda dándonos un sincero agradecimiento por el soporte dado esta noche al Death Metal “old school” antes de desatar de nuevo el más absoluto caos con la agresividad de “Horror Detox” y uno de sus mayores himnos como es “Out of the Body”, donde los ritmos machacones iniciales rápidamente se ven acelerados, mostrando ese equilibro perfecto entre contundencia y celeridad. Mameli nos vacilaba en la despedida, diciendo que la banda se iba a mudar a Tailandia, destacando varias de las bondades del país asiático, antes de referirse a su gusto por los finales felices, el cual llegaría en forma de la impresionante composición “Land of Tears”, dejándonos por completo arrasados con su equilibrado arsenal de Death Metal clásico tras hora y cuarto de masacre sonora.