“El tiempo está fuera de quicio”, decía el personaje de Hamlet en la famosa obra de Shakespeare. Cuando en 2007 METALLICA nos obsequió en su visita al monte de Cobetas de Bilbao con la interpretación integra por su 20º aniversario de la piedra filosofal del Thrash Metal que es “Master of Puppets”, mi percepción vital del tiempo era que había pasado una eternidad desde la publicación del álbum en 1986. En cambio, cuando TRIVIUM y BULLET FOR MY VALENTINE, dos de las bandas que tomaron el relevo de los de San Francisco en este nuevo siglo, anunciaron su unión para celebrar en este recién estrenado 2025 el vigésimo aniversario de la publicación de sus dos obras icónicas de 2005, con las que sentaron las bases del Metalcore para los siguientes años, uno no puede más que esbozar un pensamiento de asombro al caer en la cuenta de la rapidez con la que han pasado estos últimos 20 años.
Gracias a la promotora Bring the Noise, organizadora de un Resurrection Fest que también celebra su 20ª aniversario en su próxima edición de 2025, podíamos disfrutar el pasado jueves 27 de febrero en un abarrotado Palacio Vistalegre, de la única parada en España y última del “The Poisoned Ascendacy Tour”, con la que las huestes lideradas por Matt Heafy y Matt Tuck han arrasado durante los meses de Enero y Febrero los escenarios de varios arenas de Reino Unido y Europa con 24 shows —antes de saltar a USA—, donde además de disfrutar musicalmente con la interpretación íntegra de “Ascendacy” y “The Poison”, pudimos tener la oportunidad de ver en España el excelente montaje escénico dispuesto por ambas bandas para semejante celebración.
Motivos de fuerza mayor y una excesiva confianza en la fluidez del tráfico en pleno corazón de Madrid un jueves noche, hicieron que no pudiera presenciar la actuación de la banda invitada ORBIT CULTURE, dejando una buena impresión entre la concurrencia el Death Metal melódico de los suecos por las impresiones que pude compartir con varios miembros del público que si presenciaron la media hora con la que la banda formada en 2013 dio el inicio a las hostilidades de esta esperada noche.
Mi entrada en el recinto coincidía con los precisos y técnicos riffs de guitarra marca de la casa con los que TRIVIUM nos daban la bienvenida a su show con una abrasadora “Rain”, con un Matt Heafy super activo pidiendo la interacción del público desde que la banda se presentó en las tablas, para formar un único coro banda y seguidores en el estribillo del siguiente pelotazo metálico que supuso “Pull Harder on the Strings of your Martyr”, con esa habilidad de los de Orlando para mezclar memorables coros llenos de fuerza y melodía con insanos riffs de guitarra y luminosos solos a cargo de Matt y Corey Beaulieu, y todo rematado con el empuje de la feroz base rítmica a cargo del bajista Paolo Gregoletto y el groove que imprime desde la tarima de su batería Alex Bent.
El sonido era potente, pero excesivamente saturado, no gozando durante su actuación TRIVIUM de la limpieza sónica con la que más tarde BULLET FOR MY VALENTINE se presentarían en escena, pero creo que esto no fue inconveniente para que los seguidores de la banda disfrutáramos de lo lindo de una actuación plena de fuerza y convicción por parte del cuarteto, con un Heafy bien arropado en todo momento en sus labores vocales por las voces limpias a cargo de Gregoletto y las más agresivas de Beaulieu, siendo brutal la marcha que imprime a los parches el batería Alex Bent, provocando los primeros circle-pits sobre el ruedo en la siguiente “Drowned and Torn Asunder”, y permitiendo a ambos hachas destripar sus guitarras en unos ardientes solos.
Otros de los aspectos que más me gustaron de los norteamericanos fue su puesta en escena de la vieja escuela, disfrutando de la escenografía más apabullante de las que han ofrecido hasta ahora en sus anteriores visitas a nuestro país, con una ilustración de su mascota “Monte” en una pose reflexiva sobre el ocaso de un cementerio presidiendo el telón de fondo que acompañaría los primeros temas de la banda, con las figura de dos dragones a ambos lados del escenario, realzando aún más la épica musical de temas como la homónima “Ascendancy”, y poniendo en valor y claro contraste la recordada escena por Matt Heafy de su primera visita a Madrid ante una sala Moby Dick que sólo contaba con 20 aguerridos seguidores de las primeras incursiones musicales de la banda.

Un breve y potente sólo de batería serviría de antesala a la transformación del ángel caído “Monte” en un inflable de grandes dimensiones, recreando la portada del álbum de 2005, en una visión frontal de la mascota de la banda sobre el fondo del escenario que me recordó al Eddie del “Seventh Son of a Seventh Son”, guiño a la escenografía de la “doncella de hierro” que se transformaría en guiño musical en las melodías de guitarra que contrastan con los guturales de Matt Heafy en otro de los singles más celebrados de “Ascendancy” en la siguiente “A Gunshot to the Head of Trepidation”, antes de que el tema desemboque en un desarrollo instrumental muy del gusto de los fans de METALLICA en temas como “Ride the Lightning” o “Creeping Death”, influencias reconocibles en los inicios de la banda, que no restaban un ápice de categoría a la ejecución instrumental de unos temas que fueron grabados cuando los miembros de TRIVIUM contaban con tan sólo 18-20 años, y que esta noche sonaron a verdadera gloria.
La oscuridad y agresividad de “Like Light to the Flies” sirve de perfecto contraste a los más accesibles juegos vocales y armónico estribillo de “Dying in your Arms”, antes de que los TRIVIUM más cañeros a golpe de doble pedal y riffs repartidos como machetazos nos vuelvan a noquear con una brutal interpretación de “The Deceived” y “Suffocating Sight”, donde una vez más nos pondrían a ejercitar gustosamente nuestras cervicales.
La ausencia de hits claros en la parte final del disco, interpretado esta noche en su orden original, no supondría como podría ser previsible que el ritmo de la actuación decayera, encarando la recta final su líder agradeciendo a todos los presentes y personal de gira involucrado en esta parte del tour europeo que hoy vivía su última noche, antes de disparar una nueva bala al corazón de los seguidores del Metalcore melódico con “Departure”, donde Heafy tiró de guitarra acústica por momentos, no obviando ningún detalle de la interpretación original, y cerrando como en el disco original con una aguerrida “Declaration”.
La actuación de TRIVIUM ya rozaba la matrícula de honor, pero cuando volvieron a las tablas al grito de “In Waves”, despidiéndose de un público que les correspondió por todo lo alto ante semejante brutalidad final, terminaron por redondear una actuación que hizo que todos los presentes nos recreáramos en los siguientes minutos en la tremenda performance a todos los niveles que acabamos de presenciar. Muy grandes.
No lo tenía fácil la banda galesa BULLET FOR MY VALENTINE, pero iban a contar con dos potentes aliados para que la interpretación integra de su obra de 2005 “The Poison” resultara a la altura de su némesis norteamericano: un sonido más limpio durante toda su actuación y una escenografía alejada del regusto clásico de los anteriores, pero brillante en el resultado visual final, con tres pantallas en el fondo del escenario con la silueta cadavérica en forma de bombilla de su última obra de 2021 presentando diferentes escenas animadas con gran acierto, junto a también tres pantallas rectangulares sobre el escenario con idéntico resultado.
Imágenes de archivo de unos BFMV de largas melenas en la pantalla central, nos devolvían a la memoria el impacto inicial de la banda a comienzos de este siglo, con la prensa inglesa volcada con la banda de Matt Tuck desde el alumbramiento de la obra que hoy tocaba recordar, y trayendo de nuevo a la memoria el rápido ascenso de la banda con actuaciones como invitados de METALLICA y GUNS ´N´ ROSES en los principales recintos británicos y mundiales, antes de que la “Intro” de “The Poison” nos trajera uno a uno a los miembros del cuarteto a escena, apoderándose la mezcla perfecta de melodía y tralla de los altavoces del recinto tras el grito atronador de “Her Voices Resides” y la intensa “4 Words (To Choke Upon)”, para disfrute y nuevas muestras de efectivo “headbanging” entre la mayoría de los presentes.

Matt Tuck toma en solitario el protagonismo, para “desenchufado” de cualquier distorsión arremeter los primeros compases de uno de los temas que suele ocupar una posición más avanzada en el setlist de la banda de Bridgend, pero que hoy siguiendo el orden de la obra representada, aparece a las primeras de cambio, con toda el público coreando las líneas marcadas por el vocalista, antes de que toda la banda explote en escena sus mejores cualidades para una coreadísima “Tears Don´t Fall”, que serviría para enchufar definitivamente a todos los asistentes con la actuación de los británicos.
Junto a las rítmicas de Matt Tuck, el otro miembro fundador y guitarra solista Michael Paget compartiría solos y afiladas melodías de guitarra durante toda la noche, como en la siguiente “Suffocating Under Words of Sorrow (What Can I do)”, dejando coliderar las labores vocales junto a Matt a Jamie Mathias, quien dejaría su impronta tanto con su labor machacona al bajo como con los guturales y voces agresivas que acompañarían los “breakdows” pesados de temas recuperados para la ocasión como “Hit The Floor”, con un Jason Bowld a la batería muy acertado en los cambios de tempo que se desarrollaban sobre el escenario, dando paso la banda al crujiente y nuevamente coreadísimo medio tiempo de cargadísima melodía de “All These Things I Hate (Revolver Around Me)”.
La segunda parte de “The Poison”, sin contar como en el caso de “Ascendancy” con temas de enorme gancho, mantiene el pulso con la diversidad de ritmos y velocidades en temas como “Hand of Blood” donde vuelve a destacar el trabajo de las guitarras con un solo cargado de melodía de esos que tanto nos gusta aquí tararear, como quedo una vez más de manifiesto esta noche, o la brutalidad de riff afilado que juega con el trabajo de la batería en “Room 409”, antes de que el líder dedicara la siguiente a sus amigos de TRIVIUM, dejando una demoledora revisión del tema que daba título al álbum con “The Poison”.
Unas insustanciales nuevas muestras del Metalcore melódico de la banda en “10 Years Today” y “Cries in Vain” servirían para relajar el tono de la actuación, y llevar nuestra atención a la acertada por su espectacularidad puesta en escena de la banda, antes de que los tintes progresivos de “The End” dejaran ver por donde irían los tiros en los años siguientes, abrazando un Heavy Metal moderno que impregnaría el estilo de las siguientes obras de Matt Tuck y los suyos, como broche final a esta oscura obra centrada en sus letras en las relaciones de amor y odio.
BULLET volvería a escena para los bises, arremetiendo con el Hardcore enfermizo de “The Knives”, antes de que Matt Tuck prometiera para 2026 un nuevo álbum y gira mundial, así como despedirse de Madrid con “…something fast & heavy” como efectivamente resultó “Waking the Demon”. No hubo lugar a celebraciones especiales por el fin del periplo europeo, ni falta que hizo, pues tras disfrutar de dos excelsas actuaciones a cargo de TRIVIUM y BFMV, sólo podíamos dirigir nuestros pensamientos a la necesidad de más noches como ésta.
Crónica y fotografías: ÁLVARO ARROYO
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