Para rematar de digerir el empacho de celebraciones navideñas, los amantes del Black Metal tenían el pasado sábado 11 de enero una cita con el caos y la oscuridad de las huestes del guitarrista Lord Ahriman y sus DARK FUNERAL, quienes siguen con su extensa actividad en directo de los últimos años, disponiendo tres fechas en España dentro del tour europeo Let The Devil In – European Winter Tour 2025 con el que los suecos siguen celebrando su 30º aniversario, con especial protagonismo para los temas de su última obra de 2022 We Are the Apocalypse y la regrabación con la formación actual de los 4 temas que conformaron el Maxi CD de su debut en el año más productivo para la escena de 1994.
En mi caso acudía a la cita también con la esperanza de conocer si la propuesta de La Sala del Wizink Center podía representar por fin la consolidación de un espacio óptimo en Madrid capital para conciertos de aforo pequeño y, a decir verdad, sin ser el recinto soñado, dispone de bastantes ventajas sobre el resto de los “tugurios” donde en los últimos años hemos tenido que presenciar infinidad de conciertos. Lo primero es que es una sala propiamente para conciertos, con un escenario amplio y elevado y que permite la visión desde el rectángulo dispuesto como pista sin ninguna dificultad. El sistema de luces no pasa de correcto, si bien la puesta en escena de las bandas de hoy no demandaba luces blancas frontales, de los que la sala dispone. Y luego el acceso a barra y baños, teniendo en cuenta que el aforo en el día de hoy estaba casi completo con en torno a 600 persona, no fue especialmente complejo. Correcta, por tanto. No compartirán mi opinión los miembros del equipo de DARK FUNERAL, pues ya antes de que accediéramos y a posteriori en redes, mostrarían su rechazo al porcentaje del pastel que les imponían por montar su puesto de merchan.
La banda sueca poseedora del “Secreto de las Artes Oscuras” ha dispuesto de 3 bandas invitadas para expandir el mensaje de la Música Extrema junto a ellos durante este nuevo periplo europeo, con el emergente Deathcore de los parisinos KAMI NO IKARI, el proyecto paralelo a Kataclysm centrado en la historia del Imperio Romano del vocalista Mauricio Iacono y el Death Metal melódico de sus EX DEO, y los adalides del Death Metal sinfónico FLESHGOD APOCALYPSE, con su consolidada mezcla de música extrema y componentes teatrales.

KAMI NO IKARI:
Tan variada propuesta, con bandas invitadas que hemos tenido muy pocas ocasiones de disfrutar en nuestro país, hicieron que a las 18.30h —hora cada vez más habitual por desgracia para este tipo de eventos— los franceses KAMI NO IKARI hicieran acto de presencia ante una expectante audiencia que comenzaba a desperezarse ante la atronadora propuesta de nuestros vecinos del norte.
El quinteto no disfruto de las mejores condiciones de la noche, con varios elementos del attrezzo e instrumentos de las bandas posteriores limitando en exceso su movilidad, metáfora de las opresivas atmosferas musicales que desarrollaría la banda durante su actuación, y una excesiva ecualización en la mezcla de la batería y bajo que soterraban en ocasiones el sonido de las guitarras, lo que hacía que las puntuales melodías de guitarra, se dejarán únicamente intuir, perdiéndose los elementos melódicos que en su reciente álbum de debut “See You in Hell (Jigoku de Aimashou)” hacen de perfecto contrapunto a los agresivos patrones en los que se centra su propuesta. De las orquestaciones de estudio, ni rastro, ni tan siquiera como pregrabadas.

Su vocalista Amarino Barros fue quien se llevaría el grueso de las miradas con su movilidad y constante “headbanging”, tomando el centro del escenario sobre la tarima dispuesta, y mezclando sin dificultad aparente gruñidos con ásperos gritos con una facilidad pasmosa, desde la inicial “Interitus”, donde la base rítmica formada por Brice Baillache (bajo) y Yohann Dieu (batería) marcan un agresivo paso, hasta que la banda introduce un cambio total de ritmo al final con los profundos riffs a cargo de Rodolphe Brouat y Silvère Escande, línea de agresividad mantenida en la siguiente “Cronos”, de originales riffs rítmicos, y aumentada en las orgías de caos sonoro protagonizada por los blast beats de la atronadora “The Forgotten”, con Rodolphe explotando con acierto los estribillos de los coros y Silvère introduciendo un solo con de vibración oriental y mostrando en un tema todos los elementos de la paleta sonora que maneja la banda.

Los parisinos nos dejarían un buen sabor de boca durante su media hora de actuación con su mezcla de crudeza, fiereza y potencia, haciendo Amarino que todos los presentes nos agacháramos para la explosión intermedia de “Final Judgment”, donde de nuevo ambos guitarras lanzarían ráfagas de riffs pesados que harían las delicias de los cuellos más exigentes, antes de poner el punto final con una violenta “Theophobia” de grandioso final en las melodías de guitarra.

EX DEO:
Tras un breve cambio de algunos elementos como los platos de la batería inicialmente utilizada por las dos primeras bandas, ya teníamos sobre el escenario al “ejército” —reducido de centuria a quinteto en este caso— del vocalista canadiense Maurizio Iacono con la perfecta mezcla de épica y agresividad musical como base para unas letras basadas en el auge y caída del Imperio romano, con una inicial “Imperator” de estribillo que invitaba desde el minuto uno a alzar el puño y gritar fuerte.

Con el vocalista uniformado y adquiriendo desde el inicio el papel de perfecto general guiando a sus tropas, las melodías dobladas por las guitarras de los también como Iacono miembros de KATACLYSM Stéphane Barbe y Jean-François Dagenais, sobre la base abrasadora de bajo y batería, resultaron totalmente convincentes en brutales cabalgadas como “The Rise of Hannibal” o “Vespasian” de su muy reciente EP “The Year of the Fours Emperors”.

El brutal Death Metal liderado por el poderoso gruñido rasgado de Maurizio en “Suavetaurilla” puso a hacer headbanging a toda la sala, antes de que el brutal groove the “I, Caligvia” desatara la locura de su bajista Dano Apekyan, golpeando sin piedad su instrumento, sobre el incesante bombeo de la batería y ese amenazador grito de venganza “…they killed my mother, they killed my father” que se graba a fuego antes del feroz estribillo. Dejaron el pabellón muy alto despidiéndose con una “Romulus” donde el Death y el Black Metal se dan la mano, antes de prometer su vocalista volver como cabezas de cartel para desarrollar su experiencia de forma completa en un escenario exento de las limitaciones de esta noche. ¡Muchos de los presentes a buen seguro que nos apuntamos!

FLESHGOD APOCALYPSE:
Los italianos FLESHGOD APOCALYPSE tuvieron el buen gusto de amenizarnos la espera con tonadas imperecederas de música clásica, mientras el escenario comenzaba a despejarse y dejaba ver en ambos laterales nuevos elementos como el piano clásico de Francesco Ferrini y la batería que utilizaría Eugene Ryabchenco, amén de una escenografía muy trabajada con candelabros y velas, pies de micro de madera antigua, etc., que evocaba siglos pasados, donde el romanticismo estaba mucho más presente.

La banda se encuentra inmersa en la presentación de su 5º álbum de estudio publicado en Septiembre de 2024 (“Opera”), acentuando el sinfonismo de su propuesta con una mayor presencia de orquestaciones programadas sobre la base de su brutal Death Metal, con la consolidación para la causa de la soprano Verónica Bordacchini, quién empuñando la bandera “tricolore” —en una imagen a semejanza de la portada del álbum— dio inicio a la descarga acaparando todo el protagonismo con la delicada introducción de “Ode to Art (de´Sepolcri)”, antes de que el quinteto al completo (vestidos todos sus miembros de época) comenzara a arrasar con todo con la fuerza extrema de “I Can Never Die”, donde ya pudimos apreciar que esta nueva obra de los transalpinos, ofrece mayores registros melódicos y sobre todo empasta de forma muy natural las voces limpias de Verónica con los guturales de su líder y cerebro de la banda Francesco Paoli.

Lo de este hombre apunta ya a caso único en el género, pues tras la salida reciente del también fundador Paolo Rosi, se encarga ahora de voz y bajo, alejándose de la guitarra con la que le habíamos podido ver en los escenarios en anteriores visita —realmente, su labor al bajo actual se centra en doblar la guitarra principal—, y también del puesto de batería que ocupó en los primeros años de la banda, siendo Eugene el encargado actualmente de lanzar furiosas ráfagas cual ametralladora desde el doble pedal de su batería, como en la siguiente “Healing Trough War” —una pena que las cautivadoras teclas de Ferrini quedarán prácticamente enterradas en la mezcla—o en la formidable “Sugar”, de su anterior obra de 2019 “Veleno”, donde además de una letra que me pareció la mejor de toda la velada, pudimos saborear ese perfecto contraste entre el amenazante y brutal tempo que ofrece la canción, antes de desembocar en un solo de guitarra a cargo de Fabio Bartoletti pleno de melodía y buen gusto.

El riff rompe-cuellos de “Minotaur (The Wrath of Poseidon)” nos llevaría en volandas hasta otra de las más recientes “Bloodclock”, donde la vocalista femenina alcanzaría nuevas cotas de protagonismo compartido con los guturales de Francesco, demostrando la formidable valía de su voz. Con “The Fool” llegaría el primer salvaje moshpit, con el líder de la banda disponiendo en un más que correcto castellano a izquierda y derecha del escenario a los presentes, antes de enaltecer los ánimos con esa adictiva mezcla de música Metal y Clásica. Las más moderna/alternativa “Pendulum” y una inmisericorde “The Violation” superarían de forma holgada todo lo vivido hasta el momento, provocando la efusiva reacción del público ante la retirada del escenario por todo lo alto de la banda de Perugia.

DARK FUNERAL:
Durante los minutos que los miembros de su crew disponían los elementos que finalmente quedarían en el escenario para la actuación de DARK FUNERAL, llegué a pensar si serían capaces de superar la actuación que se acababan de marcan FLESHGOD APOCALYPSE, pero en cuanto un cierto halo de oscuridad y maldad se instaló en La Sala del Wizink durante su Intro, y los componentes de la banda iban tomando sus posiciones con su habitual vestuario blacker y maquillaje corpse-paint, quedó claro quién era la banda por la que la mayoría de los asistentes estábamos esta noche allí, dando inicio a las hostilidades con una atronadora “Nosferatu”. Algo que quedaría aún más patente ante el recibimiento de la audiencia a la brutalidad de “Atrum Regina” y la monolítica “To Carve Another World”, con un Heljarmadr como perfecto maestro de ceremonias, iniciando su perfomance provisto de capa y movimientos estudiados, reclamando ahora puño en alto nuestra colaboración.

Una vez quedó al descubierto la imponente y elevada batería de Jalomaah, pudimos ver al completo sobre el escenario los elementos de la escenografía de los cabezas de cartel, con dos cruces invertidas de metal a ambos lados y una proyección trasera con el logo de la banda, junto a una representación animada del Nosferatu de Friedrich Wilhelm Murnau a ambos lados de la pantalla, como elementos más destacados. Luces de colores fríos y flashes sobre los músicos desde los focos a píe de escenario, junto a cantidades industriales de efectos de humo, completarían la puesta en escena de los suecos.

“The Arrival of Satan´s Empire” supondría una borrachera de blastbeats, acordes disminuidos y tremolo picking, con las guitarras de Lord Ahriman y Chaq Mol compitiendo con el empuje impenitente de la base rítmica a cargo del bajista Adra-Melek y el batería Jalomaah, dando origen a los pogos más bestias de la noche, antes de que la más reciente “When I´m Gone” suponga el contrapunto perfecto, con su lúgubre letra y ralentizado tempo acercándose a lo más parecido a lo que sería una “balada” dentro del género —no hablamos del “Still Loving You”, claro—.

“Where Shadows Forever Reign”, la obra que sirvió en 2016 para presentar en sociedad al vocalista Heljarmadr tendría a continuación representación con dos de los temas más cañeros, un “As One We Shall Conquer” donde sobre la acelerada pegada sobre el doble pedal del batería, destacaría nuevamente su vocalista, escupiendo Heljarmadr los versos con una perfecta brutalidad, y una “Unchain my Soul” donde la banda volvería a desbocarse como una manada de lobos en busca de sus presas en un tema repleto de furia de la vieja escuela.

Y para mayor disfrute de aquellos fans de la mencionada vieja escuela, nada mejor a estas alturas para poner toda la carne en el asador, que la revisión de los 4 temas que componían el EP con que el en 1994 la banda salía del más absoluto anonimato, abriendo las puertas del infierno de par en par con unas “Open the Gates” y “Shadows Over Transylvania” de aceleradísimo ritmo, con las que Lord Ahriman y Blackmoon sentaron las bases de la brutalidad sónica que marcaría la futura carrera de los suecos, rematando el caos que desató la banda sobre las primeras filas con el crudo Black Metal de “My Dark Desires” y “In the Sign of the Horns”, tras la que abandonarían en el escenario entre muestras de ferviente devoción.

Una pequeña muestra de la habilidad en solitario del batería serviría para devolver a la banda al escenario, y descubrirnos que pueden llegar en esta nueva etapa a introducir tonos de carácter épico como en “Let the Devil In”, amplificando las líneas vocales las melodías de las guitarras. Antes de ondear —en el sentido literal— la bandera de los DARK FUNERAL más clásicos con la también reciente “Where Shadows Forever Reign”, con los que la banda pondría el punto final a 70 incendiarios minutos de actuación. Broche perfecto a una noche donde pudimos constatar la buena salud de un género que, lejos de su momento de mayor cercanía al mainstream metalero a mediados de los noventa, sigue manteniendo su credibilidad en buenas manos.
Crónica: ÁLVARO ARROYO CONTERA
Fotografías: ÁLVARO ARROYO CONTERA y MIGUEL ÁNGEL PRÍNCIPE
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