Nacida en el ardiente corazón de Ucrania y ahora arrasando escenarios de toda Europa y más allá, Star Crystal es tu cañón de luz para los 80: una máquina del tiempo de glam/hard rock impulsada por peinados voluminosos, ganchos más marcados y el imparable espíritu de rebelión del rock ‘n’ roll. Imagina una fusión de Mötley Crüe con Vixen, un toque de soul de Whitney Houston y una explosión de vestuario de un video de Whitesnake. Si no estás bailando, gritando o haciendo una guitarra aérea en el segundo estribillo, tómate el pulso.

Formada en 2012 por la poderosa líder Susanna Radimovskaya —quien una vez convirtió una silla de cocina en un estadio lleno— Star Crystal se construyó sobre un sueño de infancia: cantar himnos bajo luces de neón mientras multitudes de metaleros se volvían locos. Susanna no esperó permiso. Aprendió a cantar sola a los 6 años, soñaba con baladas potentes y finalmente reclutó a su compañero de banda de metal de la adolescencia, el extraordinario shredder Alex, para ayudarla a lanzar una revolución glam. Juntos, encontraron al equipo perfecto, ¡y vaya equipo!

Ily: el mago del teclado con formación clásica (ex profesor universitario, actual dios del rock).

Alex: el guitarrista autodidacta que nunca suelta el hacha.
Max: el prodigio del vibráfono al doble bombo de una familia de científicos locos de la música.
Eugene: el músico tardío que golpea el bajo y cambia de cuerdas sin mirar atrás.

¿Encontrarse? «No fue fácil. No fue rápido». Pero, ay, valió la pena.

Desde su álbum debut Follow Me (2015) y el glamuroso grito de resurrección Revival Of Glam (2018), Star Crystal ha lanzado una serie de bombas de brillo: sencillos vibrantes como «Wild Wind», «Come On Baby» y el nuevo misil motivacional «Power Of Love» (escúchalo abajo). Sus videos musicales —»Fall In Love», «Dancing All Night», «Don’t Give Up»— son pura fantasía ochentera: máquinas de viento, cuero, encaje y suficiente delineador para lanzar mil guitarras aéreas.

Han vibrado desde el masivo Festival Metal Days de Eslovenia hasta los sudorosos clubes de Berlín, París, Estocolmo y más allá, ofreciendo la experiencia glam completa: caos coreografiado, chaquetas brillantes, melenas altísimas y una presencia escénica que no solo actúa, sino que posee. Esto no es solo un concierto, es un bautismo de brillo. Una charla motivadora con solos desternillantes. Un recordatorio de que el amor es poder, la pasión es punk y que nunca, jamás, hay que rendirse, especialmente cuando hay un riff asesino esperándote.

Adorados por fans que juran que Star Crystal los ayudó a superar rupturas, malos jefes y lunes aburridos, su misión es simple: convertir el dolor en poder. Convertir el silencio en gritos. Convertir cualquier habitación en un estadio.

Así que sube el volumen. Cárdate el pelo. Coge tus mecheros (o teléfonos). Star Crystal no solo mantiene vivos los 80, sino que les está dando la fiesta de regreso más alocada jamás vista. No te limites a escucharlos. Vívelos. Ámalos. ¡Rompe con ellos!